DESCRIPCIÓN. Mide 17 cm. El más común y el más conocido de los tres representantes de los pechos colorados. Dorso casi negro con algo jaspeado de marrón oscuro; ceja blanca bien marcada; garganta y pecho rojo intenso. Hembra y juvenil: más apagados en su conjunto que el macho; hembra más jaspeada de marrón y pecho con una tonalidad rosácea, leve ceja clara.
COMPORTAMIENTO. Siempre se exhibe y vigila desde alguna atalaya, vuela cayendo desde lo alto con las alas hacia atrás con su canto característico pinng-pinng. La hembra se mantiene oculta, entre los pastos, sólo sale volando si se le pasa cerca, siempre anda en el suelo. Migra, llega en la primavera para nidificar y luego, con los primeros fríos, se va al norte.
HÁBITAT. Pastizales naturales y pasturas implantadas, sembradíos de trigo y avena cuando alcanzan buen porte. También rastrojos.
ALIMENTACIÓN. Es omnívoro, busca en el suelo de los campos empastados semillas, brotes tiernos e insectos y sus larvas.
NIDO. Es una pequeña cavidad en el suelo, junto a la base de alguna mata de pasto. Hace una semiesfera de pasto muy precaria, donde deposita de 3 a 5 huevos blancos con pintas ocres. La hembra los incuba durante unos 13 días mientras el macho vigila desde lo alto. Ante la presencia de un enemigo emite un silbo de alarma y ella abandona el nido caminando, para levantar vuelo lejos de éste, lo que dificulta su ubicación. Los pichones permanecen en el nido por unos 12 días, hasta que completan su plumaje y aprenden a volar.
SITUACIÓN. Común. No tiene grandes problemas de conservación, ya que se adecuó a los cultivos anuales; sus poblaciones son estables y parecen expandirse hacia el sur.
DISTRIBUCIÓN. Perú, Bolivia, Paraguay y Brasil, en Argentina por todo el país hasta Tierra del Fuego.
Fotografía de Quique Sanz