La urraca común, urraca cresta alborotada o urraca encopetada, habita el norte de Argentina, sudoeste de Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Pertenece a la familia de los córvidos (integrada por cuervos y urracas), que tiene ejemplares en todo el planeta salvo Nueva Zelanda.
Por tratarse de un pájaro que vive tanto en selvas como en bosques, es muy abundante en las Yungas y en los Valles de la provincia de Jujuy. Mide unos 34 centímetros de largo y presenta un llamativo conjunto de colores en su plumaje: celeste negro y amarillo, con el iris del ojo dorado. Son de color negro violáceo el dorso, el babero, el semicopete y la corona; ceja y nuca celestes; el ápice caudal y la región ventral, amarillos.
Se trata de un ave astuta y con gran capacidad de aprendizaje que se alimenta de semillas, frutas y nueces, además de insectos, pequeños reptiles, anfibios, pichones y huevos. Tiene mucha facilidad para tomar y manipular objetos con sus patas. Su comportamiento es descarado y confianzudo en relación al hombre, se mueve continuamente en busca de alimento en el nivel medio del bosque, usualmente en bandadas poco numerosas, erráticas y ruidosas.
A pesar de su amplia distribución sufre una disminución poblacional causada principalmente por la deforestación y por tratarse de un ave de jaula, víctima del cautiverio y la comercialización ilegal.
Fotografías de Quique Sanz y Walter Buffarini